
Existen básicamente dos criterios
para estimar la vida útil del Activo
Fijo, el físico y el funcional; el aspecto
físico es en parte por el desgaste
del bien que se produce por su
uso; además del deterioro causado
por las condiciones externas,
como la corrosión u otros factores
ambientales y así también el tiempo
mismo.
El aspecto funcional contribuye de igual forma a la reducción de la vida útil
del bien, esto es por ejemplo cuando el Activo Fijo se vuelve obsoleto o es
incapaz de producir lo suficiente para cubrir las necesidades de una empresa
en crecimiento.
Un ejemplo frecuente del criterio funcional ocurre con el equipo de cómputo
que puede quedar obsoleto antes de su desgaste físico, es decir, su vida útil
puede haber terminado aunque aún se encuentre en condiciones de trabajar
por más tiempo.
No debe perderse de vista que estos dos factores dependerán además del
modelo de negocios de la empresa, por lo que la vida útil podría variar mucho
para Activos Fijos iguales pero en diferentes ambientes de operación.
La vida útil de un Activo Fijo se mide en unidades que dependen del tipo del
bien, así por ejemplo la vida útil podría ser fijada en períodos (años, meses, días
e incluso horas), en unidades producidas, en distancias recorridas (kilómetros,
millas) o cualquier unidad de medida que permita cuantificar la cantidad de
servicio que se espera recibir de cada Activo Fijo.
Incluso puede ser común que algunos Activos Fijos deban analizarse en cada
una de sus partes para establecer la vida útil de cada una de ellas y así programar
la reparación o reemplazo de cada una cuando el programa de mantenimiento
así lo exija, por ejemplo en una aeronave sus partes pueden tener vidas útiles
totalmente diferentes:
• Fuselaje
• Instrumentos de control
• Superficies de sustentación
• Superficies de control
• Turbinas
• Tren de aterrizaje
La identificación de la vida útil del Activo Fijo es fundamental para reconocer el
gasto contable que representa el uso de los bienes para efectos financieros (NIF
C-6), pero aun así frecuentemente puede resultar complicado estimar la vida
útil de algunos activos, por lo que las empresas comparan sus estimaciones con
experiencias anteriores, consultan peritos en la materia o comparan con activos
similares, aunque sabemos que no será fácil obtener un cálculo perfecto.
Ahora que, entrando un poco en el tema fiscal se observa que la deducción
de las inversiones prevista en la LISR no va de acuerdo con el reconocimiento
contable que las NIF establecen para la depreciación como podemos observar
las siguientes premisas:
Sección II del Título II de la LISR
Las inversiones únicamente se podrán deducir mediante la aplicación, en cada
ejercicio, de los por cientos máximos autorizados por esta Ley, sobre el monto
original de la inversión (MOI).
El contribuyente podrá aplicar por cientos menores a los autorizados por esta
Ley. En este caso, el por ciento elegido será obligatorio, y podrá cambiarse,
sin exceder del máximo autorizado. Tratándose del segundo y posteriores
cambios deberán transcurrir cuando menos cinco años desde el último; cuando
se quiera realizar antes de que transcurra dicho tiempo, se deberá cumplir con
los requisitos previstos en el RLISR.
NIF Boletín C-6
La depreciación puede hacerse conforme a dos criterios generales: Basado en
el tiempo o en Unidades producidas
Dentro de cada uno de los criterios generales, existen varios métodos alternativos
y debe adoptarse el que se considere más adecuado, según las políticas de la
empresa, y características del bien.
Conviene recordar que las tasas de depreciación, establecidas por la LISR, no
son siempre las adecuadas para distribuir el total a depreciar entre la vida de los
activos fijos y que a pesar de aplicar la depreciación acelerada como incentivo
fiscal, contablemente debe calcularse y reconocerse la depreciación según la
vida estimada de dichos activos.
Vemos entonces que existen disposiciones legales que establecen períodos de
vida útil para efecto tributario que deben ser utilizados por las empresas para
el cálculo del impuesto correspondiente.
Es común para evitar una doble forma en la presentación de la información
financiera que las empresas deciden tomar como período de vida útil del Activo
Fijo los mismos ya establecidos en la LISR; pero es claro que para una adecuada
presentación de la información financiera los períodos de vida útil para los
efectos de la información gerencial deben ser independientes a lo establecido
legalmente.
Active-AF administra los diferentes criterios de Vida Útil:
Tú como administrador, no permitas que tus informes financieros muestren
valores de activos fijos desactualizados por haber aplicado estímulos fiscales
como deducción inmediata o la tasa de depreciación fiscal la cual regularmente
no corresponde a la vida útil de los activos.
Active-AF cuenta con la capacidad para contener, administrar y calcular todos
los procesos basados en las diferentes condiciones de vida útil de forma
independiente para proveer toda la información detallada o agrupada, así
como su presentación en formatos de reporte flexible y amigable para cubrir
las necesidades actuales de los criterios Financieros y Fiscales.